CANNES 2025, DÍA 10: BI GAN Y SU CINE SIN FIN CONQUISTA
La esperadísima nueva película del cineasta chino Bi Gan conquista a sus fieles pero deja fuera a los agnósticos. Woman To Child de Saeed Roustaee, segunda iraní en competición no convence.
Penúltima jornada de competición en el Festival de Cannes que comienza a recoger su alfombra roja después de diez jornadas donde se ha podido ver lo mejor de la cinematografía mundial.
Sin embargo, faltaba todavía por ver esa película que lo pone todo patas arriba, que enfrenta a fieles y agnósticos. Pensamos que esa película era Alpha de Julia Ducournau pero ha sido Resurrection de Bi Gan quien ha llegado para hacer cuestionar todo lo que se había visto hasta ahora y por supuesto, alterar todas las quinielas a palmarés.
Bi Gan regresa siete años después de deslumbrar con su anterior trabajo, Long Day’s Journey Into The Night y lo hace con un nuevo obús cinematográfico con el que repasa la historia del cine desde sus orígenes pero mirando siempre hacia el futuro y reivindicando la capacidad evocadora del medio.
La crítica obviamente se ha mostrado muy dividida y el éxodo de periodistas en el pase de prensa fue incesante. La película ha debutado modesta en los paneles de la crítica pero es ese tipo de propuesta por su conversación y trascendencia, hace grande a un festival… y a un palmarés.
Bi Gan sucede a varias generaciones de directores chinos que han intentado conquistar el festival sin éxito. Las primeras películas chinas que compitieron por la Palma de Oro llegaron en la década de los sesenta a través del director hongkonés Li Han-hsiang pero han sido otros como Zhang Yimou, Wong Kar Wai, Hou Hsiao-hsien, Jia Zhangke o Wang Xiaoshuai los que han puesto en el mapa el cine chino ganando festivales como los de Venecia y Berlín.
Se les resiste Cannes donde la única Palma de Oro para China es la de Adiós a mi concubina (1993) de Chen Kaigé. De eso hace ya treinta y tres años. Veremos si Bi Gan consigue romper todos los pronósticos.
PANEL DE LA CRÍTICA
Buena entrada de Bi Gan con Resurrection en el panel de la International Cinephile Society donde debuta con una media de 3,21. Es una puntuación correcta pero lo deja fuera de los puestos de cabeza del ranking. Woman And Child de Saeed Roustaee se conforma con un 2,3.
VISTO EN SECCIÓN OFICIAL
RESURRECTION de Bi Gan
Con tan solo 35 años y tres largometrajes Bi Gan se ha convertido en uno de los nombres claves del nuevo cine chino y objeto de deseo de todos los festivales. Compite por primera vez en Cannes después de participar en Un Certain Regard con su anterior trabajo, la monumental Long Day’s Journey Into The Night (2018) Resurrection es su tercer largometraje como director, uno de los títulos más esperados del año y a juzgar por las primeras reacciones, uno de los más divisivos y fascinantes.
Resurrection estuvo a punto de no verse en el festival. Fue el último título anunciado de la competición y Cannes presionó todo lo que pudo para que Bi Gan terminara el montaje a tiempo (se rumorea que hasta hace unas semanas la película todavía estaba en post-producción)
Comenzando con el público en una sala de cine, que nos mira como si estuviéramos sentados con ellos, antes de convertirse en algo más cercano a una película muda y luego viajar a través del tiempo y el género, "Resurrección" se divide en seis partes que abarcan cien años, cada una basada en un capítulo diferente de la historia del cine, al tiempo que representan lo que Bi Gan ha definido como un sentido distinto (vista, oído, olfato, gusto y tacto).
Chase Hutchinson empieza así su crítica para The Playlist y nos ayuda a entender el planteamiento conceptual de la película, aunque aclara: Si esto suena a algo difícil de manejar, lo es y mucho, resultando tan denso que sin duda requerirá visionados adicionales que con gusto querrás ver solo para asimilar todo.
Esa estructura en forma de capítulos hace que Resurrection se perciba como una una película maravillosamente maximalista de opulenta ambición que, en realidad, consta de cinco o seis películas, cada una a la vez lúdica y peculiar, y parte de una elegía melancólica y desbordante por el sueño del cine del siglo XX y las vidas que vivimos en él, apunta Jessica Kiang para Variety.
Aclarada la estructura entremos en la idea del sueño. O del soñador. Luis Martínez en El Mundo referencia al filósofo Paul Valéry cuando se pregunta ¿no es también un sueño el cine? Han pasado décadas desde que el filósofo dejara la pregunta abierta y quizá la respuesta se la dio el director chino Bi Gan el jueves con Resurrection, su último deslumbrante trabajo concebido de principio a fin no tanto como un sueño sino como, un paso más allá, el sueño del mismo cine que se sueña un sueño. Suena (y sueña) tremendo y, no lo duden, lo es.
Por si ha sonado a galimatías, Martínez añade: Toda la película vive en el raro privilegio del sonambulismo al lado justo de la hipnosis. Toda ella está pensada en su declaración de intenciones para experimentarse como un sueño y, a medida que se precipita hacia la noche más profunda, uno cae en la cuenta de que es ella, la película, la que nos sueña a nosotros. Sin duda, pocos momentos más gloriosos para contemplar despiertos mientras se duerme. Y al revés.
Lee (o sueña) la crítica completa en el enlace de la imagen:
Si quieres una versión simplificada Morgan Bizet lo resume a golpe de post: Resurrection es un sueño hecho película, o mejor dicho, una película hecha de sueños. Con su protagonista, el Soñador, a la vez actor y espectador.
Si hablamos de sueños, hablamos de cine y por eso la película está concebida como un repaso a la historia del cine, desde los hermanos Lumière pasando por George Meliès, F. W. Muranu, Jean Cocteau, Shūji Terayama, Jean-Pierre Melville, David Lynch, Wong Kar-wai (2046) o incluso el Francis Ford Coppola más experimental de los últimos años. Es cine que no se acaba nunca:
Pero ese recorrido por la historia del cine no es un pasillo de museo, ensimismado en formol y nostalgia. Bi Gan empieza replicando los orígenes del cine y acaba proponiendo algo que viene del futuro:
Lo consigue con un sofisticado despliegue técnico y visual. Jessica Kiang destaca un segmento, que se desarrolla en una toma ininterrumpida de 40 minutos de duración, incluye peleas a puñetazos, tiroteos y números completos de karaoke (…) que sorprende de diferentes maneras. Como cuando el filtro cambia de rojo a azul al romperse una ventana, o cuando la cámara, milagrosamente móvil, de Dong Jingsong se detiene un instante para observar una fiesta callejera en la que la gente en cámara rápida se mueve a cámara rápida mientras una película muda se reproduce a velocidad normal en el fondo.
Recuerda al plano secuencia de 59 minutos de Long Day’s Journey Into The Night filmado por el mismo director de fotografía, Dong Jingsong aunque en The Guardian, Peter Bradshaw recuerda que Resurrection no tiene tanta fuerza, siendo en realidad una película compuesta, con algunas secciones mejores que otras, aunque culmina con imágenes y planos secuencia que provocan asombro, y todos los elementos que la componen contribuyen al efecto global de la película.
La película, como escribe Nacho Gonzalo en El Cine De Lo Que Yo Te Diga es café para muy cafeteros…
… o te apasiona…
… o te expulsa, como a Damon Wise, crítico de Deadline que titula su crítica así: El escenario de ensueño de Bi Gan es la cura perfecta para el insomnio y luego desarrolla: Si bien las imágenes son infinitamente ingeniosas, la narrativa es simplemente interminable; ninguna de estas viñetas parece tener trama ni resolución alguna, lo cual es ciertamente genial como concepto, pero no tan divertido de ver.
ZAN O BACHEH (WOMAN AND CHILD) de Saeed Roustaee
Saeed Roustaee completa una suerte de tríptico feminista, iniciado en 2016 con Life and a day (Abad va yek rooz) y continuado con La Familia de Leila (Baradaran-e Leila, 2022), con la que participó por primera vez en la Sección Oficial de Cannes. Entonces se saltó el veto de las autoridades iraníes y fue condenado a nueve días de prisión.
Ahora regresa a la competición con Zan O Bacheh (Woman And Child) donde cuenta la historia de una enfermera, viuda y madre dos hijos, cuestionada constantemente por no casarse de nuevo.
La actriz protagonista, Parinaz Izadyar, una habitual del cine de Roustaee se ha llevado las mejores críticas de la película con una actuación impactante y es una fuerte aspirante para hacerse con el premio a la mejor actriz.
En general la película no ha convencido a la mayoría de la prensa especializada que acusan un exceso de melodrama que hace que la película se desplome en una acumulación de sobresaltos y reveses, dejando que los actores refuercen el drama con sus emociones, no siempre de la forma más sutil, escribe Jonathan Romney en ScreenDaily;
Que hayan coincidido dos películas iraníes tan diferentes en Sección Oficial, la de Jafar Panahi (Un Simple Accident) y la de Roustaee escenifican las dos corrientes principales que han marcado el cine moderno iraní donde Abbas Kiarostami y Asghar Farhadi serán sus cabezas visibles.
Frente a la aparente simplicidad del cine de Panahi, heredero de la escuela de Kiarostami, en Woman And Child Said Roustaee hace alarde de un estilo cinético poco habitual en el cine iraní; una profusión de zooms bruscos y travellings que le otorgan un aire de verité exagerado y engañosamente elegante.
Pero a pesar de ese alarde técnico, se aprecia cierto agotamiento de la fórmula:
LO MEJOR DE LAS SECCIONES PARALELAS
A pesar de haber competido por la Palma de Oro con su anterior trabajo, Ahed's Knee (2021) y haber ganado el Oso de Oro en Berlín con Synonymes (2019), el nuevo trabajo de Nadav Lapid se ha visto en la Quinzaine.
Yes! es una sátira musical de dos horas y media, tan sincero en su sátira como satírico en su sinceridad. La delirantemente provocadora Yes! es una auténtica orgía de autodesprecio y rendición que reafirma a Lapid como el director más visceral del mundo, escribe David Ehrlich en IndieWire que continúa diciendo: En una película que se desarrolla como una mezcla de éxtasis entre Saló, o los 120 días de Sodoma de Pier Paolo Pasolini y la comedia de Jim Carrey Liar, Liar Lapid redobla la apuesta por la violencia frenética de su cine al tiempo que abraza plenamente su creciente afán de sumisión.
Presentada en el último festival de Sundance, Eva Victor ha aterrizado en la Quinzaine con Sorry, Baby una dramedia marca 24 con Naomi Ackie o Lucas Hedges en la que la directora, guionista y protagonista de la película se mueve constantemente entre lo hilarante y lo devastador:
También en la Quinzaine se ha visto también Les Filles Désir de Prïncia Car que debuta con una clara y poderosa reivindicación de esa emancipación feminista que es la de las mujeres, pero también necesariamente de los hombres. Con todas sus carencias y sus irregularidades, escribe Jara Yáñez en Caimán:
LO QUE SE VERÁ EN LA ÚLTIMA JORNADA
El festival llega a su fin con las dos últimas películas en competición. Cannes deja para el final dos platos fuertes, el regreso de los hermanos Dardenne con Jeune Méres y Kelly Reichardt que estrena The Mastermind.
Los Dardenne son auténticas leyendas de Cannes que con Jeunes Méres son ya diez las veces que compiten por una Palma de Oro que han ganado ya en dos ocasiones.
Para Reichardt es la segunda vez que pisa la Sección Oficial de Cannes y lo hace con The Mastermind, protagonizada por Josh O’Connor y Alana Haim.
Y para cerrar una edición más o menos memorable, Honey Don’t! de Ethan Coen con Margaret Qualley, Aubrey Plaza y Chris Evans.
FOR YOUR CONSIDERATION
Sigue toda la actualidad del festival con nuestra newsletter y los micro-spaces diarios con Julia Andrade y en esta ocasión, con la participación especial de Adrià Guxens.
EL OSCARÓMETRO
El sábado 24 de mayo viviremos en directo la ceremonia de clausura de la 78 edición del Festival de Cannes junto a Nacho Gonzalo en una edición especial de El Oscarómetro donde analizaremos el palmarés en clave de Oscar.
Suscríbete al canal en YouTube haciendo clic en la imagen y activa las notificaciones para que podamos avisarte cuando comience el directo.